Clístenes, en calidad de representante de los intereses del demos, era la cabeza de la democracia. Las reformas de este personaje, a diferencia de Solón, tenían por fin dar predominio en la vida política a la población. Esta política tenía doble objetivo: por un lado, quebrantar definitivamente la importancia de las gens y con este fin "mezclar" toda la población. Y por el otro elevar el papel y significado de la población urbana del Ática en la vida política. Sustituyó la división anterior en diez nuevas fíleas, territoriales y no gentilicias. Una vez roto el vínculo gentilicio, los ciudadanos que antes estaban fuera de la gens tuvieron por primera vez acceso a la administración, por cuanto cada uno de los demos era una unidad, además de territorial, también autónoma. Ampliando la composición del demos ateniense, Clístenes otorgó derecho de ciudadanía a muchos metecos y, yal vez, a unos cuantos esclavos. Elevó al mismo tiempo el peso específico de la población urbana en la vida política.
Fue abolido el Consejo de los 400. En su lugar fue instituido el nuevo Consejo de los 500, para el cual se legían 50 representantes de cada una de las fileas. Aumentó considerablemente el número de funcionarios. Con el fin de regular las finanzas, se creó un colegio de diez estrategas, que formaban un colegio militar encabezado por un arconte polemarca. Para eliminar el peligro de una nueva tiranía, Clístenes instituyó una medida especial: el ostracismo, destierro, decidido por votación popular, de las personas sospechosas.