Grecia en los siglos V y VI a.n.e. tenía una economía esclavista evolucionada. El esclavo, según la expresión de los griegos, era solo un "cuerpo", un objeto, un simple instrumento de producción, era propiedad absoluta del dueño, que podía venderlo, comprarlo y hasta matarlo. La fuente principal de la esclavitud era la importación de extranjeros capturados, así como la piratería y la guerra. Su trabajo se empleaba en gran escala en los talleres de artesanía, las minas y las canteras, aunque también era corriente el empleo de esclavos en la agricultura, se utilizaban también en usos domésticos. La ley no concedía personalidad al esclavo.
En los estados en que los esclavos eran especialmente numerosos, el temor a las rebeliones ponía freno a las arbitriariedad de los poseedores. Así, al matar a un esclavo era castigado como delito en Atenas. "La esclavitud posibilitó la división del trabajo en gran escala entre la agricultura y la industria y, con esa división del trabajo, posibilitó también el florecimiento del mundo antiguo, la civilización griega." (F. Engels: Anti-Duhring)