miércoles, 15 de febrero de 2012

La Talasocracia aquea. Continuación...

A partir de la llegada de los Dorios ( pueblo en proceso de descomposición que utiliza para la agricultura el hierro) va a haber una regresión a la economía natural, se desarrolla una economía autosuficiente. Encima de la línea estaban los Aristoi, nobvles hereditarios que poseían la mayor parte de la riqueza y todo el poder, en la paz como en la guerra. La economía funcionaba de tal suerte que la creación de nuevas fortunas, y por tanto, de nuevos nobles, era completamente imposible. El matrimonio estaba estrictamente limitado por la clase, de manera que la otra puerta que da paso al avance social estaba asimismo firmemente cerrada.

Existían esclavos en gran número; eran propiedad, disponibles a voluntad. Más exactamente, eran mujeres esclavas, porque las guerras y las incursiones eran la principal fuente de suministro de esclavos, y poca razón había para ahorrar las vidas de los hombres derrotados. Las personas y la propiedad de los vencidos pertenecían al vencedor, y podían disponer de ellas como quisiera. Un thes, y no un esclavo, era la más baja criatura de la Tierra. Lo terrible acerca de un thes era su falta de adhesión a nadie, su carencia de vínculo. La casa autoritaria, el oikos, era el centro a cuyo alrededor estaba organizada la vida, de la cual fluía, no solamente la satisfacción de las necesidades materiales, incluyendo la seguridad, sino las normas y los valores éticos, los deberes, obligaciones y responsabilidades, las relaciones sociales y las relaciones con los dioses. El oikos no era solamente la familia, era todo el personal de la casa solariega y sus bienes. No eran frecuentes los matrimonios entre esclavos, porque había muy pocos varones entre ellos.

La base del oikos era la tierra, su uso el pastoreo, y pocas oportunidades había, en condiciones normales y pacíficas, de adquirir nuevas tierras en las regiones colonizadas. Hipotéticamente se podía ensanchar sus límites y apoderarse de tierra libre; pero raros eran los hombres que llevaran a cabo una empresa tan absurda y temeraria, a no ser que lo hicieran por una violenta coacción. El oikos era sobre todo una unidad de consumo, simple e indivisible. Su actividad, en lo que se refiere a la satisfacción de las necesidades materiales, era guiada por el principio de llenar los requerimientos de consumo del señor y de su gente. En el comercio o en cualquier otra relación, había que atenerse al principio de beneficio mutuo. El trato comercial dentro de la casa solariega era imposible por definición.